Estimado José Luis:
Caramba, me parece que nos hemos movido por distintos planos de consciencia.
Yo suponía que aún trataba de convencerle y, digamos, recortar flecos en nuestra futura colaboración redactora desinteresada, y resulta que usted ya había aceptado (imagino que considerando que mi columna no fuese una abominación, cosa no descartable en ningún caso) que yo tenga un rinconcito al final de su publicación. Mola.
No, no pongo impedimentos en enviarle mi DNI, sólo preciso si prefiere que lo mande por correo, lo entregue en persona y así pueda ver mis huellas dactilares o escaneado digitalmente. Me parece una duda de lo más natural.
Respecto al nombre de la columna (por cierto, ¿cuándo sale la próxima edición?) yo había pensado en algo como:
LA COLUMNA DEL AGENTE NARANJA
Y ciertamente quiero escoger con meditada paciencia la primera columna, que será la que marque el rasgo estético que la irá a caracterizar, por lo que agradezco que me permita aportarla para la siguiente edición. Como espero que nuestra colaboración sea armoniosa y prolongada, no hay lugar para la precipitación; más propia, por cierto, de edades más juveniles que la que, al menos en mi caso, ostentamos.
¿El tema lo deja usted a mi libre elección?
Salude usted efusivamente a Patxi de mi parte y de parte de Walter también, que ha quedado muy entusiasmado por su cordialidad. Debajo de su tonelaje oscuro parece latir un corazón aprisionado.
Atentamente, Juan
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