Me topo con dos periódicos gratuitos de San José de la Rinconada y decido escribirles ofreciéndome para colaborar; adjunto texto íntegro:
"Me llamo Juan y estoy en la cárcel por mi falta de equilibrio y por mala suerte. Me encontré una navaja y me caí sobre aquel tío 74 veces. Dijo el juez que las primeras 50 podían ser un accidente, pero el resto "ya fue por vicio".
El otro día nos quedamos sin papel higiénico en la celda y nos topamos con un ejemplar de su revista. Aparte del alivio que nos supuso, todos coincidimos en que le vendría bien una columna de humor periódica donde se trataran temas cotidianos locales y provinciales con un tono desenfadado. Y qué mejor que un tipo simpático condenado a 20 años para llevarla a cabo.
Estoy seguro de que usted me escribirá muy pronto para darme una respuesta razonable a mi propuesta de colaboración desinteresada. Estoy seguro porque odio a la gente descortés. Pero la odio mucho. Y el més próximo está previsto que me apliquen el tercer grado penitenciario. Usted tiene la oficina en la Avenida del Cáñamo, ¿verdad? No importa, ya lo averiguaré yo mismo.
Hasta tengo pensado el título de la primera columna: "El jabón en las duchas. Realidad o leyenda urbana."
Creo que con mi ayuda su revista puede saltar los muros del anonimato para allanar la vivienda de la popularidad y secuestrar así el corazón de sus lectores, apuntar con un revolver a la cara de la originalidad y llevarse un buen botín de ingresos por publicidad. Y todo sin casi ningún riesgo.
Le dejo ya, que el tipo que va a usar este ordenador a continuación es un cubano de 110 kilos que practica la papiroflexia con aquellos que no coinciden con su parecer. Si me retraso en dejárselo hará una garza con la sección inferior de mi tracto intestinal.
Atentamente, Juan Rivero
PD- No olvide responderme pronto."
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